Se cumplen este mes de abril setenta y cinco años de la apertura del Village Vanguard, el club de jazz neoyorquino por excelencia que abrió sus puertas en el año 1935 de la mano de Max Gordon. Desde sus comienzos se convertiría en un lugar emblemático. Situado en pleno Greenvich Village, en el 178 de la Séptima Avenida, bajando su empinada escalera al sótano entramos en un espacio que casi no ha cambiado con el paso del tiempo, el estrado en un rincón, el piano, las paredes discontinuas, sillas para unas cien personas y una tenue iluminación que constituyen el ambiente idóneo para disfrutar la música.
A partir de los años cincuenta, Gordon decidió que en su club sólo se haría jazz auténtico, no teniendo cabida el rock, la fusión o el jazz eléctrico. Siempre estuvo presente, noche tras noche, hasta su fallecimiento, tras el que sería su esposa Lorraine Gordon quien tomaría las riendas hasta el día de hoy. Es obligado señalar que por aquí han pasado grandes nombres del jazz, Bill Evans, Charles Mingus, John Coltrane, Sony Rollins, Thelonius Monk, Miles Davis y otros muchos.
Creo que para todos los amantes del jazz, que tengan la posibilidad de hacerlo, no dejen de pasar una velada en este mágico lugar del Village de Nueva York. Os dejo a continuación un video con una interpretación maravillosa de Bill Evans Trio tocada en directo en el Village Vanguard para que la disfrutéis mientras contemplais algunas imágenes del barrio y el club.
Por si os interesa, os dejo también estos dos enlaces, uno del artículo publicado en el diario EL PAÍS ayer mismo, con motivo del 75 aniversario, y otro que corresponde a la página web del propio local.
Interior del Village Vanguard
Testigo 
Me iba para allá loca y sin pensarlo…¡Qué maravilla debe ser! Bueno ….ya llegará….Besos y feliz finde
La verdad es que EEUU ni siquiera figura último en la lista de lugares que tengo para visitar antes de morirme (cuestión de piel)…pero como una nunca sabe qué le pasará en el futuro, si algún día tengo que ir por allá…me acordaré de vos y de este post…qué lindo tema…al final me vas a hacer gustar muchísimo del jazz si seguís con estas entradas…Buen Finde!
El jazz en directo, en cualquiera de estos clubes, es algo diferente Winnie0, nada que ver con el disco. Afortunadamente hay estupendos locales en casi todas las ciudades del mundo, solo hay que buscarlos. Besos igualmente para ti y disfruta el finde.
Claudia, yo me negaba a poner un pie es EEUU pero finalmente, y casi obligado, fui y me quedé cautivado por Nueva York. Solo conozco esa ciudad, que la tengo bien pateada, pero dice todo el mundo que no es EEUU, de hecho es una ciudad cosmopolita, multirracial y para mi, enormemente acogedora. Te confesaré que mi gran destino pendiente es Argentina, donde hemos hecho ya dos intentos para ir una temporada y las dos veces hubo que sus`penderlo por problemas. En cuanto esté recuperado de salud, y nos planteemos un viaje lejos, es el primero de la lista. Hablñando de música, el jazz es maravilloso, aunque hay que acercarse a él despacio y, como en todo, desechar sin rubor lo que no te gusta. Una brazo y que pases un estupendo fin de semana.
Ya había escuchado anteriormente algo así como que N.Y es una excepción dentro de EEUU…me recuerda esa distinción que se hace aquí entre Buenos Aires y el interior del país…que se de pronto tu viaje Ernesto!…se que vas a ser bienvenido…y si puedes, escoge alguna escapadita a alguna de esas maravillas naturales del inetrior donde la gente se funde con el paisaje y lo asimila de una manera tal que hasta les da unas lineas de caracter bien distinto según se venga del manso norte, del sur patagónico (de ahí vengo yo) o del centro alegre y bullanguero. UN ABRAZO!
Te escribo Ernesto, con el son de esta preciosidad, de fondo. Esto es música. No me siento entendida, sólo sé que me llega y me dice cosas en el alma y me susurra tenuemente, que quizás algun pariente lejanisimo debió soñar con estos sones para que yo los reconozca como mios.
Me he sentido la persona más feliz del mundo leyendo a Cortazar y escuchando de base diferentes temas de Jazz y me pareció que en cada momento podía tocar el cielo con las yemas de los dedos.
La música habla. Cada instrumento mantiene un diálogo, como los que mantenemos tú y yo alguna vez, cuando razonamos sobre las cosas del mundo. La realidad y el descoloque de lo que no se puede explicar con palabras.
Puede que nunca me haga las Américas. No me hace mucha falta. Para sentir uno no ha trasladarse fuera del círculo. En cambio me alegra que tú si tuvieras ese privilegio y nos enseñaras a los que, posiblemente nunca íremos, Lo que nos perdemos por ignorantes y tozudos.
Sabes que me encantan este tipo de entradas, así que perdona todo el «rollo» que te he soltado, pero soy muy apasaionada en todas mis ideas.
Un saludo a son de Sidney Bechet en «Petite Fleur».
Qué sitio… bufff… quién pudiera…
Magia de los lugares y magia del jazz. Quizâs un privilegio de jazz!
Claudia, la idea para conocer tu país era (y sigue siendo) fundamentalmente, unos ocho o diez días en Buenos Aires, no sabes las ganasa que tengo de pasear la ciudad, y luego bajar precisamente al sur. De hecho, llegué a tener ya contactados hoteles y gentes allí para el recorrido. Como ya te dije, lamentablemente, las dos veces que lo hemos intentado no ha podido ser pero no renuncio a viajar allí en cuanto sea posible (ahora depende sobre todo de mi salud). La Patagonia es un lugar especialmente atractivo para mi, por lecturas y por lo que me ha comentado toda la gente que la conoce. Otro abrazo para ti y una buena semana.
El jazz es una música para sentir, para vibrar con ella, yo tampoco me considero un entendido simplemente me dejo llevar y, como tu misma señalas, la reconozco como mía. También tienes razón en que no es necesario viajar lejos, si es cierto que en directo es algo maravilloso pero hoy, en cualquier sitio, existen pequeños clubes donde disfrutar de buenas sesiones. Citas a Sidney Bexchet, una figura mítica que consigue emocionar sea al clarinete o con el saxo. Precisamente su «Petite Fleur» la conservo en vinilo y no me canso de volverla a escuchar una y mil veces. Un saludo mientras escucho esta canción.
Tesa, aunque no sea igual, aquí en Madrid podemos disfrutar de buenos locales para el jazz.
Dices bien Leonardo, magía del jazz y de las sesiones en locales pequeños. Abrazos.
Es que yo vivo en Alcalá de Henares y me pilla un poco a trasmano, eso de los miniconciertos en horario nocturno.
Aprovecho, cuando voy a Santa Fe (Granada) a visitar a una querida amiga, a pasar por el «Alexis Viernes», un bareto de camino a Atarfe, donde los viernes y sábados actúan grupos de jazz, blues y rock en directo.
Me encanta. No hay finde granaíno, sin noche de música en el Alexis.
🙂
Divino Bill Evans. ¡Quién pudiera pasar una velada en el Village Vanguard! Yo aún tengo pendiente conocer Nueva York.
Besos
Tomo nota del Alexis, Tesa, para cuando pasé por allí cerca. La verdad es que en Andalucía hay bastantes baretos con buenísima música; yo conozco algunos en Cádiz y su provincia. Abrazos.
A mi me costó ir Carmen (Santos), como ya he contado antes, pero una vez que vas te quedas atrapado por la ciudad. Nuevamente coincidimos en Bill Evans, genial. Un beso.